La Interpretación de Los Sueños II

Desde mi punto de vista, basado en mi propia experiencia y conocimientos, los enfoques que más útiles me han resultado han sido los psicoanalíticos de Freud, Ferenczi sobre todo, Fromm y Anzieu. Considero los sueños, más que una realización de deseos, como avisos, repeticiones de traumas que reaparecen en la vida cotidiana en diferentes formas, grados y contextos, y que reclaman atención y solución. El lenguaje que utilizan no es del todo consciente, sino deformado, mediante una especie de jeroglíficos que recuerdan a la escritura egipcia. Respecto a las reglas de la elaboración y por tanto de interpretación, el desplazamiento, la condensación, la simbolización y la elaboración secundaria, descritas por Freud, son dignas de ser tenidas en cuenta, pero no sólo, ya que las aportaciones de Ferenczi, Fromm, Lacan y Anzieu, las complementan y amplían.

CÓMO INTERPRETAR UN SUEÑO

Un sueño es un intento de resolver y procesar algo que permanece sin elaborar a lo largo del tiempo. Puede ser reciente, o incluso remontarse hasta la infancia, y en ambos casos algún suceso cercano en el tiempo, con el que guarda relación, lo ha reactivado. Esto, que permanece pendiente de elaborar, son traumas no superados, en sus diferentes grados y variedades, desde un trauma único que ha provocado estrés postraumático con su correspondiente disociación, hasta traumas a medio elaborar, microtraumas y traumas repetitivos, en todos sus niveles de gravedad y elaboración. A más gravedad, menos simbolización y más invasión en forma de pesadillas, en cambio, cuanto más sutil y elaborado se encuentre, menos invasivo y perturbador resultará. El tiempo es un elemento a tener en cuenta a la hora de medir la fuerza perturbadora del trauma, aunque los hay persistentes, cuya disociación no consiguen disminuir con el tiempo su fuerza disruptiva, presentándose en forma de sueño, entre otras.

Un sueño es una mezcla deformada preconsciente, es decir, entre lo inconsciente y lo consciente, que oculta algo doloroso o incómodo y que adopta un lenguaje simbólico, codificado, tipo jeroglífico. Se diferencia de un recuerdo en que hay en él algún sentimiento oculto, disimulado, poco confesable e inquietante que necesita ser metabolizado mentalmente, generalmente llorándolo.

Lo primero que solicito a mis pacientes es que intenten recordar los sueños, y que insistan, ya que acabarán consiguiéndolo. Les pido que los escriban señalando la fecha, sin omitir nada, por muy superfluo o farragoso que les parezca. Hay que tener en cuenta que, a no ser que el soñante se haya despertado por tiempo prolongado entre sueños, y se haya distraído con algo hasta recuperar el sueño de nuevo, los diferentes sueños que pueda tener en una noche, son como actos de una misma obra de teatro estando, además, el orden generalmente invertido.

A continuación, después de ser relatado, le pregunto por las sensaciones y sentimientos, y le pido al paciente que asocie libremente. Es decir, lo primero que le venga a la cabeza, aunque aparentemente no tenga nada que ver. También lo puedo provocar con preguntas intuitivas, o dando palos de ciego si está muy hermético, para descartar sobre todo y separar el polvo de la paja. Las primeras asociaciones normalmente están relacionadas con sucesos, pensamientos o sentimientos del día anterior y normalmente están conectado con algún suceso traumático del pasado que ha sido activado y que sigue pendiente de elaboración.

Al principio, las asociaciones y recuerdos, pueden parecer inconexas y sin relación aparente, pero a medida que vayamos armando las piezas del puzle, irán tomando sentido y adquiriendo significado. Es como si volviésemos a dar forma a un relato deconstruido y desordenado.

INTROSPECCIÓN

Este proceso interpretativo y de búsqueda de significado es imprescindible hacerlo entre los dos, paciente y terapeuta, y son ambos los que contribuyen a darle sentido. Hay pacientes que poseen una gran capacidad de introspección y análisis, y otros que no consiguen ver el significado aunque sea obvio, pero ambos acabarán aprendiendo a interpretar sus propios sueños familiarizándose con su propio lenguaje onírico.

Hay símbolos personales y universales, los hay que significan una o varias cosas o sentimientos a la vez, hay sentimientos distintos representados mediante un único símbolo, o varios, todo muy confuso al principio. Además, se detecta condensación, desplazamiento, insinuación, metáforas, metonimias, mezclado todo sin orden ni concierto aparente, lo literal con lo representado o simbolizado, deformado para pasar la censura y así evitar el retorno del dolor traumático o culpa que se repite compulsivamente, como un intento más de superación, puesto que no acaba de ser digerido totalmente y trasformado en recuerdo y pensamiento consciente.

INCONSCIENTE

En definitiva, armados de paciencia y con un interés genuino, todo acabará tomando cuerpo mediante asociaciones y recuerdos, acompañados de la traducción de los símbolos y del lenguaje codificado. Entre los dos, terapeuta y paciente, movidos por la curiosidad y el deseo de comprender y mejorar, mediante ensayo y error, acabará desentrañándose el misterio de los sentimientos y emociones contenidos en sueño y en su psiquismo en general. De este modo, y con una buena interpretación se establecen las bases para que algo inconsciente se haga consciente y se acabe procesando, lo que implica crecimiento y maduración, y por tanto una mejor autogestión.

SUEÑOS

He de aclarar que los nombres, así como las localizaciones que aparecen en ellos, han sido modificados para preservar la intimidad de los pacientes.

Veamos algunos ejemplos.

Primer Ejemplo:
Un paciente me contó el siguiente sueño: “Estoy nadando en una piscina, más bien buceando, y Elisa lo hace a mi lado. Estamos en una casa en Las Rozas pero no es mi antigua casa. Después Elisa se sale de la piscina y se va a la casa. Yo me quedo mirando porque parece que hay poca agua en la piscina y hay que rellenarla. Empiezo a mirar cómo hacerlo, pero hay un aparato muy raro, y al abrir la válvula que debería llenar la piscina sale muy poca agua. En esto me doy cuenta de que en realidad el agua dentro de la piscina me llega solamente hasta los tobillos, y al mirar a mis pies veo que llevo zapatos puestos. Unos zapatos marrones que reconozco perfectamente. Resulta que dentro de la piscina hay también un hombre mayor con gorra y garrota, creo, que me está diciendo cómo tengo que hacer para llenar la piscina”.

ASOCIACIÓN LIBRE

Le pregunto por la sensación y me dice que de desasosiego. Le pido que asocie libremente, y recuerda que su madre le ha dicho a Elisa que fueran a vivir allí, a Las Rozas con ella. También, respecto a los zapatos me dice que tiene unos, y recuerda de repente que fueron los primeros zapatos que se compró después de separarse de su anterior mujer. En lo que concierne al señor con la boina, comenta que hay muchos señores mayores así en Ávila, donde vive con Elisa, pero más adelante, sin darse cuenta de la relación, comenta que se ha visto jubilándose allí, en Ávila, viviendo con ella.

Le comento que parece que tiene dudas respecto a Elisa, a su implicación, a sí se “moja” lo suficiente. Contesta que en absoluto, demasiado deprisa, a la vez que empieza a ponerse nervioso moviéndose y haciendo toda clase de ruidos. Responde que él ahora mismo no tiene “dudas respecto a ella desde hace meses”. O sea que sí las ha tenido antes, y parece que siguen ahí, de forma inconsciente, ya que le dolería que se produjese otro fracaso. Comenta que también ella ha tenido dudas respecto a la relación con él hasta el año pasado.

Continúa manifestando que sus vidas han sido muy diferentes. Él ha vivido en un chalet y ella en un piso, incluso hablan de que él “tenía piscina, pista de tenis y baloncesto. Ellos han sido una familia humilde de asalariados. Me decía que yo era un pijo”.

Comenta también una “pequeña discusión por una chorrada, y ella me dijo: perdona, no quiero ser así. Fue porque nos hemos apuntado al gimnasio los dos. A la vuelta saqué las cosas, y me dijo que para qué, si no las había MOJADO ni sudado. Era una de las cosas por las que hui de mi mujer. No quiero tener miedo de la reacción cuando he hecho algo. Cuando me separé de mi exmujer me fui a un hotel. Un día lavándome la cara salpiqué el espejo y me di cuenta que me ponía nervioso. Con Elisa no quiero que ocurra. Yo me he adaptado a ella. Si ocurre que vamos a vivir a Las Rozas, no me voy a resistir”.

Parece ser que las dudas son mutuas, pero le pregunto a ver si piensa que pueda tener ella otro interés por encima del amor. Me dice que no, pero habla de que busca estabilidad y seguridad emocional. Le comento que dentro de la estabilidad está la económica, y que en toda relación hay un componente de interés por ambas partes. Revela que tiene un problema económico. “Sigue casada con su expareja, parece que por la posible pensión de viudedad, ya que su es un alcohólico sin remedio y nadie cree que dure mucho. Encima, le dejó un pufo económico”, y mi paciente está pensando pagarlo por ella para zanjar su matrimonio y que se divorcie definitivamente. Le digo que suena preocupante.

ESTABILIDAD

Según mi interpretación del sueño, él está feliz buceando en la relación con Elisa, como en una especie de simbiosis en el medio acuoso ideal, como el vientre materno. Ella se sale de esa inmersión idílica, y él ve que tiene el agua por los tobillos, que se está secando el amor idealizado romántico, y teme peligrar su relación, como antes de comprarse sus zapatos marrones recién separado, así que busca volver a llenar el medio acuoso de la pareja con ayuda, para que continúe su sueño de fusión para toda la vida, jubilándose al lado de ella, pero debe llenar la piscina de amor, ya que sus ilusiones corren peligro de secarse, puesto que no está seguro de las intenciones de ella, ya que se sale de la piscina del amor y se va a la casa, y duda si le quiere por interés o por amor, pero teme planteárselo conscientemente. Tampoco de las intenciones de él, por cierto. La frase del principio, “en una casa en Las Rozas pero no es mi antigua casa”, puede querer significar temor a repetir experiencias pasadas con una mujer que puede que acabe pareciéndose a la antigua, desidealizada, demonizada incluso. Pero la cuestión es que ella le ha dicho que sí le gustaría vivir en casa de su madre, ya muy viejecita, en Las Rozas, incluso pensando en casarse con él y buscando una seguridad y estabilidad, no sólo afectiva sino económica, que la saquen de un pasado de precario y de carencias con un príncipe azul desteñido.

Mi tarea en esta terapia consistió en hacerle tolerar la ambivalencia, de la que se defendía con la idealización y la disociación, que se remontaba a la infancia, donde sufrió un abuso muy grave en el seno de la familia. Desde entonces había dividido el mundo en buenos y malos, y temía desidealizar por el riesgo de ruptura, ya que le costaba ver a las personas con sus virtudes y defectos, incluida su pareja y él mismo.

Segundo Ejemplo:
Una paciente me comenta que tiene “un sueño, pero uno macabro. Sé que la locura no existe; así nos lo dicen en la Universidad. Pensarías que soy una psicópata”. Al final me lo cuenta: “estaba en una casa blanca, como americana. En una habitación de niño, jugando, y había una estantería con filo. Un señor americano, con la cabeza pegada a la estantería se acercaba poco a poco y se cortaba la cabeza con el filo, sonriendo, separando la cabeza del cuerpo apoyando la cabeza en la balda, mirándome sonriendo, y se cae la cabeza al suelo haciendo un ruido horrible, y lo oigo muy nítido, poon”. Me aclara que el señor era alto como Frankenstein, con camisa de granjero roja. Me dice que se parece a la película El Resplandor, y que “su sonrisa era de loco, como la de Jack Nicholson, era siniestro cortándose la cabeza a sí mismo”. Le pregunto a ver a quién le recuerda ese hombre, y me contesta: “he pensado que a lo mejor pensabas que era mi padre, pero no”. Parece obvio que sí puede serlo, y se lo digo, pero empieza a racionalizar defensivamente, replicándome que “ese señor era grande, con pelo y fuerte, y mi padre es delgadito y sin pelo”. Le respondo que eso no representa óbice ni cortapisa, ya que podría estar diciendo que el mito de su padre idealizado, más grande, joven y poderoso se cayó, le descabezó, se le cayó el mito del cabeza de familia.

PERDER LA CABEZA

Le pregunto a ver si no la apoyó ni la comprendió cuando se enteró de su relación homosexual. Me contesta lo que la “dijo, como si sonase en su cabeza como la cabeza al caer: mi madre chillaba y mi padre no dijo nada, sólo: “quiero que estés bien, pero me has decepcionado, no esperaba eso de ti”. Le cortó la cabeza él a ella también, y se le cayó el mito de su padre al suelo. El que siempre la apoyaba, entregaba su cabeza en bandeja, la vendía, se quedó sin el apoyo del cabeza de familia, sin ningún apoyo, crucificada, muerta.

Cuando se lo digo así de claro, dice: “ay Dios mío, si me dejase llevar…” o algo así, como asustada de sus propios pensamientos, como si el pensarlo y sentirlo, le convirtiese en una psicópata peligrosa, lo que demuestra el conflicto interno y el temor a sus propias emociones tan fuertes en este tema. Le expreso mi empatía para entender hasta qué punto la decepcionó y se sintió traicionada y abandonada por él. Entregó su cabeza al enemigo. Antes su padre era el mesurado, el que NO PERDÍA LA CABEZA NUNCA, a diferencia de su madre que la perdía con facilidad, y ahora se ponía de parte de ella al censurarla y avergonzarse por el qué dirán.

Le pregunto a ver qué siente, y me contesta que “odio no lo siento (por eso lo sueña). Me falta perdonarles. Siempre he creído que mi padre confiaba en mí más que mi madre. Creía que tenía más criterio propio, pero no”. Y por si no fuera poco el dolor, me suelta que su padre le ha pegado con un cinturón mientras la agarraba del pelo y su madre le azuzaba primero, hasta que luego le decía que la dejase de pegar, chillando todos. Se emociona al contarlo y llora con mucho dolor y miedo al revivirlo. Sólo por cómo lo cuenta, debía ser terrorífico, y entiendo que se haya ido de casa. Además, ni que decir tiene que esto ocurrió a raíz de salir a la luz una experiencia lésbica que tuvo. Antes nunca le había pegado. Ahora tiene más sentido que nunca el sueño. Ella le cortaba la cabeza a él, y el ruido debe de ser tan terrorífico como los cintazos. El ritual de maltratos solía ocurrir en el vestíbulo de la casa, discutiendo su madre y ella, que no se callaba, mientras su madre azuzaba a su padre quien, en modo inquisitorial medieval la apaleaba hasta que la madre le decía que parase cuando ya consideraba que había tenido bastante, como si la fuese a matar. Ocurrió desde los 16 a los 18 años. “Me ha pegado muchas veces”. Le pregunto a ver si fue a denunciarlo y/o al hospital, y si le vieron alguna lesión, y me dice que alguna amiga le vio algún moratón, pero no la preguntaron nada. Me lo cuenta muy emocionada, llorando, con dolor y angustia. Me dice que le da vergüenza contarlo y que no se lo ha dicho a su novio ni a casi nadie. Se pregunta cómo va a perdonar eso. También habla de falta de intimidad, ya que su madre entraba a su cuarto y lo revisaba todo sin ningún respeto. Es muy duro lo que me está contando y me hago cargo de su sufrimiento. Le pregunto a ver si pensó en denunciarlo, y dice que antes sí, pero que “ahora estoy poniendo de mi parte. Me ha marcado mucho”. Parece que quiere ser buena chica y tener una pareja heterosexual aceptada por ellos, de hecho, se la presentó y les gustó. “Yo he sido rebelde”, como justificándoles para no perder su cariño.

INQUISICIÓN

Tercer Ejemplo:
La misma paciente, unos días después. Por cierto, estos hechos sucedieron en una capital de provincia española en este siglo, aunque no lo parezca.

Cinco sueños en la misma noche:

Sueño 1: “El sueño empieza con mi jefa dándome unos bombones, estamos en una especie de fiesta y bailamos, yo era jefa y famosa también, creo que era cantante, estoy por la calle y me conoce una chica, y me lleva a su habitación a enseñarme que es fan mía, y al entrar en mi habitación, es la casa de mis padres, llena de fotos mías como si fuera mi fan, la chica era de color.

Sueño 2: Estoy con Toñi en un sitio que es como el hotel de Nati, pero algo diferente, y al entrar está María Tampa (una famosa) que en persona era muy fea, le faltaba un diente, tenía granos…
Yo digo que no me siento cómoda estando allí por Nati ya que la amistad se ha enfriado, y entramos rápido a la cola, estaba a mi madre y me acuerdo de que hacía cosas que me daban un poco de vergüenza, por cosas que decía. Entramos y nos dan mucha comida, dos bolas de color azul y otras rojas como caramelos. Recuerdo que yo era un poco borde en el sueño. Estábamos en la terraza y había muchas criaturas, como duendes, jirafas con el cuello muy largo, como otro mundo. Hay una torre en la terraza con unas cadenas muy finas y se puede subir a la torre para ver las vistas, pero era difícil por las cadenas. Estamos subiendo y de repente se rompe una cadena. Nos quedamos paralizados y todo el mundo empieza a gritar. Yo de repente recuerdo que hay una ley matemática para arreglarlo, y voy corriendo a buscar a una de las criaturillas para que me dé la ley, pero me ignora. Me pongo muy pesada, a patalear porque necesitaba arreglar la torre para que no muriese nadie, al final me la da y consigo arreglarlo.

Sueño 3: Había una casa decorada diferente en la que vivíamos Toñi, Cati y yo, mi habitación estaba en medio y tenía flores azules y rosas por las paredes.

Sueño 4: Estoy andando y me persigue un coche. En el coche va un chico moreno que quiere estar conmigo todo el rato y me agobia muchísimo. Yo no paro de buscar a Manuel para que me salve, bajo corriendo una cuesta muy nerviosa porque me persigue cada vez más rápido. Al final de la cuesta está Manuel y me voy con él, y el chico deja de perseguirme.

Sueño 5: Estoy en un sitio que parece California o Boadilla, y en una casa muy lujosa está el estudio de Amaya (la hermana de Manuel). Estando allí hay una encimera con café y cosas para preparar el desayuno. Hay muchos tomates encima de la encimera repartidos por todas partes. De repente llega la policía armada y hacen una redada, y dicen que no es un sitio ordenado porque los tomates están colocados mal. Recuerdo que hay un chico que antes era una chica y está enamorado de una amiga de Guadalajara y le intentamos ayudar”.

Antes de comenzar con la interpretación, he de manifestar que cuando tengo clara la temática porque ya estoy familiarizado con la forma de soñar y conozco la historia del paciente, como en este caso, no es necesario pedirle que asocie libremente tanto, ya que yo también puedo hacerlo porque estoy suficientemente informado.

MATRIX

Al leer lo de las pastillas roja y azul, le pregunto a ver qué significa esto y no sabe, de modo que le pregunto si ha visto la película Matrix, y dice sorprendida que sí, que hace poco además, de modo que la pastilla azul significa, o podría significar el sueño profundo, la inconsciencia y el olvidarse de luchar por la libertad de ser quien es y no lo que otros quieren que sea. No puede negarlo. La roja es el peligro, pero la excitación de la lucha por ser ella misma de verdad. Le parece sensata esta interpretación.

La criaturilla que le proporciona una regla matemática para que todo siga siendo como era, no me resigno a ser yo, que precisamente no es mi misión, pero puede ser que cuando la he dicho en algún momento que puede que su novio sea la persona con la que pueda ser feliz, haya creído encontrar dicha fórmula. La criaturilla también representa un ser mágico o que hace magia, y manipulable por pequeña. La torre de marfil de la princesa blanqueada, parece muy bonita pero representa la esclavitud, las cadenas, Matrix que corren el riesgo de romperse.

En un momento dado dice: “la decisión sería perdonar o ser quien soy”. Le contesto que es un debate maniqueo plateado así, ya que hay una solución intermedia: intentar comprender, perdonar, reparar a quienes la esclavizan, pero librarse de sus cadenas y hacer su vida confiando que lo puedan entender y perdonarla a ella por no ser como ellos quieren que sea. Y eso a su vez ayudaría a que ella les perdonase también a ellos.

Respecto a su jefa, a la que admira e idealiza, reconoce que le gustaría ser como ella. la cuestión es que es lesbiana, y salió ya del armario.

Por último, respecto a Manuel, da la sensación de que no está enamorada de él, sino que le utiliza como coartada de su aparente “normalidad” vigilada por sus padres, al que conocen y dan el visto bueno. Además, parece que también le sirve para espantarle los moscones que la atosigan. Admite que no tiene una relación sexual satisfactoria con él y que le gustaría experimentar otras cosas. Parece más una madre que un novio para ella, la madre buena.

Teniendo en cuenta todas estas interpretaciones parciales, y otras más, que por limitaciones de espacio no he mencionado, y recordando que todos los sueños de un misma noche generalmente son los diferentes actos de una misma obra de teatro, podemos ordenarlos y darle la siguiente interpretación conjunta: parece que tiene un debate interno peligroso y doloroso entre ser como le gustaría ser, como su jefa, una mujer segura de sí misma y de su sexualidad, deseante y deseada, famosa incluso, pero para ello tendría que asumir su bisexualidad pasada y futura, tomándose la pastilla roja, con el consiguiente riesgo de romper la relación (cadenas) con sus padres, o incluso que muera dicho vínculo o, por otro lado, tomarse la pastilla azul y fingir una heterosexualidad que a menudo la resulta persecutoria, una realidad fingida, paralela como Matrix, al gusto de sus padres, permaneciendo en su torre de marfil o jaula de oro encadenada.

REACCIÓN TERAPÉUTICA NEGATIVA

En esta terapia existió el riesgo de una reacción terapéutica negativa desde casi el comienzo, ya que planteaba las cosas de una forma extrema, persecutoria, acuciante y maniquea. Y la realidad es que acabó dejándola porque le venció el miedo. Vino a que yo hiciese magia como la criaturilla manipulable y la curase de su bisexualidad y la devolviese heterosexual a sus padres para no perderles, cosa que no puedo hacer por principios morales y profesionales, y porque evidentemente no hago magia. Mi cometido es ayudar a curar trastornos, no perfeccionarlos.

Ejemplo 4:
Otra paciente me cuenta: “me parece haber soñado que estaba con mi padre. Tenía otros hijos. Dos niñas. Una con el pelo negro y rizado. Era una bebé. Decía que su madre no las dejaba verlas. Yo le visitaba para Pascuas, en un coche blanco, creo que BMW. Me acuerdo que me dejaba el móvil en el coche. Él expresaba su deseo de ver más a los niños”.

La pregunto a ver si ha pensado en que pueda tener hermanos secretos, y me dice que no lo cree pero que sí lo pensó. “Mi padre tuvo aventuras, y sí se me ha pasado por la cabeza. Cuando era pequeña, 11 años, empecé a pensar eso. Un poco sí es verdad que lo he pensado. Fantaseaba con la idea de otra familia. Era por trabajo. Trabajaba mucho. Mi mamá le pilló cuando yo era muy pequeña. Tuvo una historia, lo supe luego. Y otra historia cuando yo tenía 11 a 13 años. Era muy maja, y yo la contraté. Mi papá estaba buscando asistenta. La conocí en mi heladería favorita, y me hice amiga de ella, era muy maja. Le dije que mi padre buscaba asistenta y le di el número de teléfono para que llamara y fuese. Mi padre la contrató. Mi madre sospechó que le gustaba la chica. De repente ella volvió a Chile cuando mi madre lo descubrió. Me dio mucha rabia lo de Verónica. En ningún momento lo he recordado hasta ahora”.

Por otro lado, y teniendo en cuenta la Iglesia, como de funeral, pero el coche blanco, que en algunos sitios es como el luto, como opuesto al negro, creo que tiene que ver con que su padre no puede ver a sus todos sus hijos, y que ellos tampoco le pueden ver a él. Lo confirma emocionándose y llorando.

La interpretación es que está dolida y se venga de su padre por abandonarla y traicionarla, diciendo que él tampoco puede ver a sus hijos, a ellos ni a los de la otra familia, si los tuvo. Ella culpa al carácter de su padre por provocar el accidente en el que murió él y a punto estuvo de matarlas a ella y su madre (su hermano no iba en el coche), por el típico pique y discusión de tráfico. Le reprocha en el sueño haberles dejado abandonados y haberles sido infiel, lo que dificulta el duelo. Hay un sentimiento de pérdida y de reproche a la vez.

Esta paciente tenía una gran capacidad de análisis y de tolerancia a la ambivalencia, y la terapia, aunque dura, transcurrió con normalidad. La interpretación del sueño, así como otras, nos ayudaron a elaborar el duelo con su padre, pudiendo perdonarse y perdonarle, así como despedirse de él, dando por finalizado el tratamiento de forma satisfactoria.

DUELO

Hasta aquí algunos ejemplos de cómo interpreto los sueños y de lo útiles que pueden ser en la terapia. Espero el trabajo haya resultado interesante y comprensible para el lector.

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Josean Aira | Psicologo
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